El calabacín rehogado es muy digestivo, poco calórico y sencillo de elaborar.
Esta sencilla y nutritiva receta puede servirnos de guarnición de carnes, pescados, huevos, legumbres, etc.
Ingredientes:
– Un calabacín con piel de 300 gramos de peso.
– 1 patata de 180 gramos.
– Una cebolla de 100 gramos.
– 1/2 limón.
– 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
– 1/4 de cucharadita de pimienta negra.
– 1 cucharadita de jengibre fresco rallado.
Elaboración:
Para preparar este calabacín rehogado necesitamos una sartén grande con tapadera o una olla baja con tapa.
En primer lugar, lavamos, pelamos y troceamos la cebolla en pedacitos pequeños. Añadimos el aceite en la sartén y tras calentarlo, sin dejar que humee, agregamos la cebolla y la dejamos cocer a fuego medio, unos 5 minutos.
A continuación, lavamos y cortamos el calabacín en dados de 1 a 1,5 cm. Y lavamos y pelamos la patata, rallándola con la parte gruesa del rallador.
Cuando la cebolla esté un poco transparente, añadimos el calabacín y la patata rallada. Agregamos, también un poco de agua, más o menos 50 ml, una cucharada de zumo de limón y el jengibre. Tapamos la sartén y dejamos cocer, a fuego bajo, durante 15 minutos, removiendo de cuando en cuando.
Terminada la cocción, añadimos la pimienta negra y una punta de sal, si nos resulta soso, y ya tendremos listo nuestro calabacín rehogado.
El sentido de rallar la patata es conseguir que el rehogado salga más meloso y apetitoso, resultando muy agradable al paladar.
¿Qué nutrientes buscamos en esta receta?
Buscamos beta-carotenos, tan importantes para proteger nuestras células del estrés oxidativo, ácido fólico, energía, minerales y mucha fibra.
EL calabacín rehogado con piel es muy rico en pigmentos carotenoides, que son los precursores vegetales de la vitamina A y tienen acción antioxidante. También aporta ácido fólico, vitamina K, pequeñas cantidades de algunas vitaminas del grupo B, calcio, magnesio y fósforo, entre otros. Además, contiene mucha fibra alimentaria, imprescindible para nuestra salud intestinal.
La patata nos da energía, gracias a sus almidones de absorción lenta y, también, nos aporta fibra. Y la cebolla es muy rica en minerales, como azufre, calcio, potasio, magnesio, etc.
El limón nos ayuda a proteger las vitaminas y minerales que contiene la elaboración y le da un delicioso sabor.
Todos los ingredientes tienen muy poco sodio, de ahí, que podamos añadir un poquito de sal, si nos parece demasiado dulce.
Podemos preparar este calabacín rehogado como almuerzo o cena, acompañando a una fuente de proteínas. Es muy poco calórico y digestivo.
¡¡Buen provecho¡¡
Enlaces relacionados:
Las hortalizas o verduras. Cómo cocinarlas.
Pizza de calabacín y berenjenas.
Arroz cremoso con calabacín y nueces.
Enlace de interés: